Refiriéndose justamente a que, todo aquello que creemos, queremos y atraemos con la mente es lo que se materializa. Dicho esto, existen siete enfermedades psicosomáticas que cada día van en aumento, debido a que el ritmo al que vivimos en la actualidad, presiones sociales, laborales, responsabilidades , entre otras, causan que descuidemos un aspecto realmente importante: nuestro interior, que está directamente conectado con la mente y su bienestar, por lo tanto, con el resto de nuestro ser.
Algunas de las manifestaciones físicas comunes que nos afirma la frase mencionada son:
Dolor de cabeza:
Causado por el estrés, depresión o ansiedad, estos dolores llegan a convertirse en un problema de salud común en todo el mundo. La tensión y dolor en los hombros, el cuello y la cabeza es una consecuencia del ajetreo diario por todas las actividades que realizamos, pero que puede disminuir e incluso desaparecer si tomamos las medidas necesarias para calmarnos y respirar un poco.
Infarto:
El poco control que tenemos sobre nuestras emociones también es un problema común en todos los seres humanos, especialmente cuando se trata de la ira, a la que la mayoría estamos expuestos y puede, incluso, causar un infarto. Cuando nos enojamos en demasía, nuestro cuerpo genera grasa que está dispuesta a quemarse en una actividad física, de no ser así el corazón podría sufrir graves consecuencias.
Dolor abdominal crónico:
Este tipo de dolor también es causado por el mal manejo de nuestras emociones. A pesar que en la mayoría de los casos esta molestia es originada por la mala alimentación que en ocasiones llevamos, el enojo y la tristeza también son un punto clave para sentir “un hoyo en el estómago”.
Fibromialgia:
La hipersensibilidad o dolor crónico muscular en todo el cuerpo, viene acompañada de síntomas como dificultad para dormir, dolor de cabeza, hormigueo en las piernas y en los pies, falta de concentración y, sobre todo, dolor cuando presionan algún músculo. Generalmente este padecimiento es causado por una carga extrema de estrés o por algún evento traumático.
Fatiga crónica:
La falta de energía suele ser muy abrumadora para la vida diaria. Si has sentido que ni durmiendo 12 horas has descansado bien, es probable que tengas esta enfermedad. Así como en otros padecimientos psicosomáticos, la fatiga crónica también es provocada por el mal manejo emocional, pues al estar a la defensiva todo el tiempo y el no permitirnos ser vulnerables nos puede agotar, así como llevar el estrés laboral o personal todo el tiempo presente en la mente.
Úlceras:
El horror del estrés llega nuevamente con esta molestia. Lo que comienza como una gastritis común y corriente puede convertirse en una peritonitis aguda que es capaz de llevarnos a la muerte. La ansiedad y el estilo de vida que llevamos actualmente, además de los malos hábitos alimenticios que llevamos, son algunas de las causas de estas pequeñas lesiones en la mucosa de nuestro aparato digestivo.
Afecciones inmunitarias:
Cuando padecemos un cuadro de ansiedad, estrés o depresión, nuestras defensas tienden a bajar, provocando que nos enfermemos más, teniendo malestares innecesarios en nuestra vida, es por eso que la relajación, el ejercicio y aprender a respirar son actividades muy importantes para nuestra salud.
Normalmente no le damos importancia al poder que nuestra mente tiene, creemos que nuestro cerebro sirve sólo para llevar a cabo las actividades del trabajo o de la escuela, pero no ponemos atención ni le damos el valor que merece.
Nuestra mente es nuestro hogar, en él viven no sólo nuestros sueños y recuerdos, también nuestro presente y aunque no lo creamos, cada palabra y pensamiento que pasa por él tiene gran repercusión a nivel físico, anímico y sentimental.
Que te recomendamos? Recurrir al arte.
La lectura, escritura o música, son algunas de las mejores medidas con infinidad de beneficios que nos ayudan a nuestra salud mental. ;)

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